Antes de comenzar a comentar los resultados del estudio es bueno aclarar que se entiende por alimentos ecológicos.
Cuando hablamos de algo “ecológico” se hace referencia al modo en el que se ha obtenido un determinado producto. En concreto, los alimentos ecológicos hacen referencia a aquellos que se han obtenido mediante métodos agrícolas respetuosos con el medio ambiente, es decir, que respetan los ciclos naturales sin alterarlos artificialmente.
Hay consumidores de productos biológicos que piensan que la agricultura ecológica prescinde por completo del uso de pesticidas, fertilizantes químicos, antibióticos y aditivos, cuando lo más correcto es afirmar que restringe al máximo el uso de este tipo de sustancias, que además tienen que ser de origen natural.
Hasta ahora se aceptaba como cierto que el uso de este tipo de productos proporciona una serie de ventajas como valores nutricionales.
Pero un reciente estudio del Observatorio de la Comunicación Científica (OCC) perteneciente al Centro Cochrane Iberoamericano y de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), arroja resultados diferentes.
Los investigadores dicen haber descubierto que aunque algunos alimentos ecológicos muestran mejores perfiles nutricionales, “las diferencias son pequeñas para poblaciones que siguen una alimentación correcta”.
La composición nutricional y el sabor de un tomate o una naranja no dependen de que se haya obtenido mediante agricultura ecológica o convencional, sino de factores como la insolación, el riego o el momento en el que se recogen. En este sentido, se puede afirmar que la recolección en el momento óptimo de maduración influye en la calidad nutricional.
Pablo Alonso Coello, uno de los autores del informe, destaca: “la falta de confianza en los resultados también se debe a que es difícil saber si el efecto observado es debido a un estilo de vida más saludable de la población que consume productos ecológicos”.
Si bien el consumo de frutas y verduras es siempre saludable, cuando estos son ecológicos, también llamados orgánicos o bio, suelen ser más caros y las personas que solo consumen de este tipo pueden verse limitadas por la cantidad y su alto precio en comparación con los que son cultivados extensivamente con el uso de fertilizantes artificiales.
