Madre cubana deportada envía mensaje a Trump: suplica reunirse con su bebé
“Mi bebé es pequeña, me necesita”, dijo la mujer, apelando a la empatía del mandatario estadounidense
Heidy Sánchez, la madre cubana de 44 años recientemente deportada desde Estados Unidos, ha lanzado un desesperado mensaje al presidente Donald J. Trump para pedir la reunificación con su esposo y su hija de 17 meses, quienes se quedaron en Tampa, Florida.
En un video publicado en Instagram, Sánchez ruega por la oportunidad de regresar al país junto a su familia, visiblemente afectada por la separación forzada que experimentó recientemente.
“Al presidente Trump, que tiene familia, le dice que cree en Dios, y yo también creo en Dios… Me gustaría que se pusiera la mano en el corazón y, por favor, nos ayudara a reunir a nuestra familia. Mi bebé es pequeña, me necesita”, expresó con la voz quebrada mientras luchaba contra las lágrimas.
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Desde su llegada a La Habana, Heidy recorre hasta diez veces al día las dos cuadras que separan la casa de sus padres de una zona con mejor señal de Internet. En ese trayecto, su única esperanza es poder ver y hablar con su hija, Kailyn, a través de videollamadas. Sin embargo, estas interacciones se tornan dolorosas para ambas, con lágrimas y el vacío de la separación.
“Estoy destrozada física y mentalmente”, dijo Heidy en una entrevista con la agencia de noticias AP.
“Mi mundo se ha derrumbado y mi vida ha terminado”, agregó. Mientras tanto, en Tampa, su hija llora al ver la imagen de su madre en la pantalla de un teléfono móvil, sin entender por qué no puede estar con ella en persona.
Carlos Yuniel Valle, el esposo de Heidy, se enfrenta a la difícil tarea de criar a su hija solo. El empresario de 40 años ha tenido que faltar al trabajo para atender las necesidades de Kailyn, pero su situación económica se ve amenazada, ya que teme no poder cubrir las cuotas de la hipoteca y el automóvil familiar debido a estas faltas.
En medio de esta tragedia familiar, Valle relata que su hija, al ver a su madre cantar en la videollamada, extendió la mano para tocar la pantalla, como si intentara acariciar el rostro de su madre, una imagen que le partió el alma.
“Empezó a besar la pantalla”, recordó el hombre entre lágrimas.
Obstáculos migratorios
La historia de Heidy comenzó en 2019, cuando llegó a Estados Unidos a través de la frontera sur y fue autorizada a permanecer en el país con una orden de supervisión. Su situación migratoria se complicó en abril de este año, cuando asistió a una cita rutinaria con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Florida.
Lo que comenzó como un trámite habitual terminó con su arresto y, dos días después, su expulsión a Cuba. A pesar de no tener antecedentes y cumplir con sus obligaciones ante el ICE, Heidy fue deportada sin previo aviso, dejando atrás a su hija y esposo.
Apoyo internacional y político
El caso de Heidy ha atraído la atención de defensores de derechos civiles, así como de congresistas de Estados Unidos.
La congresista demócrata por Tampa, Kathy Castor, se reunió con Carlos Valle para presentar ante la administración Trump una solicitud de libertad condicional humanitaria para Heidy.
Castor criticó las acciones del gobierno estadounidense y calificó las medidas como “ilegales”, condenando lo que describió como una “política de separación familiar con fines políticos”.
“Estamos tomando todas las medidas posibles para reunir a esta familia”, afirmó en aquella ocasión la congresista.
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