Una cubana madre de un joven que fue asesinado a inicios de año en la ciudad de Monterrey, en México, dio su testimonio, revelando más detalles sobre lo que ocurrió esa lamentable noche en el hotel La Silla.
Yamisleidys González, madre del joven Jairon Abraham Cruz, quien tenía 17 años al momento de su muerte, indicó al medio América TeVé que su familia se encontraba a la espera de una respuesta luego de haber enviado su solicitud de parole humanitario.
La mujer indicó que estaba junto a su esposo y a su hija menor cuando ocurrió todo durante la madrugada del 23 de enero, cuando escucharon que alguien tocó la puerta de su cuarto.
“Estábamos durmiendo en el hotel cuando sobre las doce y pico, o una de la mañana, nos tocaron a la puerta”, dijo la mujer, quien ordenó a su hijo que no abriera debido a lo raro de la situación.
Luego de esto, las personas al otro lado de la puerta comenzaron a empujar y patearla, por lo que el joven y su padre intentaron bloquearla.
“Mi niño y mi esposo se pudieron en la parte de atrás de la puerta, para que no pudieran entrar. Cuando ellos dicen que van a disparar si no se quitan, mi hijo dice ‘mamá, coge a la niña y métete en el baño y cuídala’”, agregó.
“Nos apuntaron con un arma. Yo cogí a la niña y me fui corriendo para el baño. En eso disparan y escucho que dicen ‘vamos, vamos, vamos’. Salgo y veo a mi hijo tirado en el piso”, dijo la mujer ante las cámaras.
En este incidente, el esposo de González fue secuestrado y golpeado, pero aprovechó un momento de distracción para escapar del vehículo en el que lo habían subido, aunque resultó con lesiones en la cabeza.
“Le dieron con la parte de atrás de la pistola en la cabeza y le hicieron tres partiduras. Luego pudo escaparse”.
Uno de los presuntos implicados logró ser detenido poco después por las autoridades. El sujeto aseguró ser chófer de una aplicación de transporte, pero la policía encontró un arma de fuego y manchas de sangre en su vehículo.
Un abogado citado por América TeVé indicó que los grupos de delincuentes en la frontera de México están buscando constantemente a personas vulnerables para secuestrarlas y poder extorsionar a sus seres queridos.
Tras el ataque, la familia del joven terminó destrozada, y, aunque la mujer y su hija lograron llegar a los Estados Unidos, fue una “victoria vacía” tras la pérdida de Jairon.
“Mi niña está traumatizada y yo igual. Ella vio morir a su hermano en mis brazos. Ahora no podemos sentir que tocan a la puerta, porque pensamos que es alguien que viene”, dijo.
Por si fuera poco, a su esposo no se le aprobó el parole humanitario, por lo que tuvo que regresar a la Isla.
