Luego de casi dos meses de haber ocurrido, el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas ha cobrado una vida más, se trata de Omar Ravelo, el chófer de una pipa de agua que terminó gravemente herido tras una de las explosiones registradas.
De acuerdo con el internauta Henry Leyva, yerno del fallecido, el chófer perdió la vida este domingo 2 de octubre, en el Hospital Calixto García de La Habana.
Según la información compartida en redes sociales, Ravelo, de 63 años de edad, acudió al incendio para abastecer de agua a los bomberos que se encontraban luchando contra el incendio.
“Nunca estuve de acuerdo con esos que te mandaron para allá”, escribió Leyva, quien lamentó el fallecimiento de su suegro, a quien calificó como una persona amorosa y dedicada.
Otras publicaciones relacionadas señalan que el hombre nunca pudo salir del hospital a causa de sus graves quemaduras, teniendo problemas para cobrar su salario completo durante el tiempo que permaneció ingresado.
Según el medio Heraldo News, Ravelo sufrió el fallo de varios de sus órganos, como uno de sus riñones y su sistema digestivo, por lo que su estadía no fue nada fácil.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) compartió su parte diario el lunes, actualizando la cifra de fallecidos a causa del incendio a 17, todo mientras se mantiene el reporte de 146 lesionados, 6 de los cuales continúan hospitalizados y 123 que recibieron el alta médica.
Es importante señalar que Yasmani Villalonga, otro de los chóferes de pipa que resultó lesionado, recibió hace semanas un injerto de piel, aunque su esposa denunció a finales de septiembre que las autoridades se habían olvidado de él.
“Se nota la ausencia de esas llamadas sanadoras, del detalle y de la acción de quienes deberían estar más atentos por su evolución y de la situación de su familia”, declaró la mujer al medio estatal Radio 26.
El devastador incendio inició la tarde del 5 de agosto, cuando un presunto rayo impactó con uno de los tanques que almacenaba combustible. Las llamas tardaron casi una semana en ser apagadas en su totalidad, tiempo en el que la Base de Supertanqueros de Matanzas terminó destruida casi por completo.
Entre las primeras acciones ordenadas por el Gobierno cubano se encontró el enfriamiento de los tanques que se encontraban cerca de las llamas, sin embargo, cuando un grupo de bomberos se encontraba ejecutando esta labor, el tanque explotó, provocando la muerte de 17 personas, muchas de las cuales eran jóvenes cursando el Servicio Militar Obligatorio.
