Lokhi Bloom, un niño de dos años de edad, falleció luego de tomar la pistola rosa de su mamá -un Ruger cargado- y dispararse en la boca, creyendo que era un juguete, informó la Gaceta de Colorado Springs.
De acuerdo con reportes del medio, Crystal Melissa Adamson, madre del menor y adicta a la metanfetamina, estaba demasiado drogada para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. La mujer, de 33 años, fue condenada a 24 años de prisión el lunes, por “negligencia infantil”.
El fatídico hecho tuvo lugar en octubre del pasado año en la localidad de Colorado Springs, estado de Colorado. Todo parece indicar que, Adamson dejó cargada el arma después de recibir la “visita amenazante” de un narcotraficante llamado “Beast”.
La madre, además, dijo haber dejado la pistola en su oficina, mientras hablaba en el garaje con su hermana. Acto seguido, escuchó un disparo y regresó a la casa, para encontrar a Lokhi tirado en el suelo. Los intentos de revivir al niño no tuvieron éxito, y fue declarado muerto poco después.
Cuando los investigadores registraron la propiedad, encontraron un hacha, parafernalia de drogas y dos pistolas de juguete con las que Lokhi solía jugar.
Adamson se declaró culpable a inicios de semana ante los cargos de “abuso infantil” y “delincuencia de un menor”, después de admitir haber dado marihuana a dos infantes. No obstante, su abogado intentó culpar al padre del niño, que ahora reside en Chicago.
