Muere Samuel Claxton en La Habana tras meses sin respaldo del régimen
A pesar de su trayectoria, vivió sus últimos años en el olvido mediático y sin pensión ni atención médica adecuada
El actor cubano Samuel Claxton falleció en La Habana a los 82 años, luego de una larga lucha contra serios problemas de salud y en medio de una situación de vulnerabilidad que no contó con el respaldo de las instituciones culturales del país.
La noticia fue confirmada por la directora de casting Libia Batista Mora, quien en los últimos meses encabezó campañas para atender las necesidades básicas del artista.
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Claxton, nacido en Camagüey en 1943, sufría secuelas de un carcinoma vesical por el cual fue operado años atrás. En 2024 se le practicó una nefrostomía percutánea, un procedimiento que exige cuidados médicos constantes. A pesar de su historial y aporte al arte cubano, no recibió apoyo oficial del Ministerio de Cultura ni de la UNEAC.
Cubaactores lanzó campañas de ayuda ante el abandono estatal
El delicado estado del actor llevó a la plataforma Cubaactores a solicitar públicamente insumos médicos básicos para su atención, incluyendo sondas, bolsas colectoras, pañales desechables y una silla de ruedas.
Aunque no se divulgó inicialmente la naturaleza de su enfermedad por temor a sanciones, las solicitudes se intensificaron entre abril y mayo, logrando finalmente obtener una silla de ruedas gracias a donaciones ciudadanas.
El silencio institucional contrasta con el legado de Claxton
Samuel Claxton se hizo célebre por su papel como Mantilla en la serie Su propia guerra, así como por sus interpretaciones en filmes como La última cena, En 3 y 2 y Caravana. También brilló en el teatro con obras como Santa Camila de La Habana Vieja y María Antonia.
A pesar de su trayectoria, vivió sus últimos años en el olvido mediático y sin pensión ni atención médica adecuada.
Tras su muerte, usuarios en redes sociales cuestionaron duramente la falta de respaldo institucional.
Claxton: 60 producciones y una vida de entrega al arte
A lo largo de su carrera, Samuel Claxton participó en más de 60 producciones teatrales y cinematográficas, consolidándose como uno de los rostros más emblemáticos del cine y el teatro cubanos del siglo XX. Sin embargo, su legado contrasta con la precariedad en la que vivió sus últimos días, sostenido únicamente por su esposa y la solidaridad del pueblo.
La partida de Claxton deja al descubierto la fragilidad del sistema cultural cubano, incapaz de ofrecer un mínimo respaldo a quienes dedicaron su vida al arte. Sin mecanismos efectivos de protección social, el régimen expone el deterioro de sus estructuras institucionales y su incapacidad para honrar a sus creadores.
Otro caso similar: Iyaima Martínez Navarro también pide ayuda
El caso de Claxton no es aislado. La actriz y cantante Iyaima Martínez Navarro también enfrenta un delicado estado de salud y requiere ayuda para acceder a medicamentos y materiales básicos.
Estas situaciones dejan en evidencia un patrón de abandono de parte del aparato cultural del Estado cubano hacia sus propios artistas.