Peligro epidemiológico: 16 familias en La Habana viven hace dos años entre aguas albañales
Cerca de 16 familias cubanas en el capitalino municipio de 10 de Octubre llevan dos años viviendo una difícil situación, por causa de la tupición de aguas albañales en el edificio donde residen. Así lo hicieron saber algunos de los afectados en una carta enviada al diario oficialista Juventud Rebelde.
Según explicaron, Clara Milagros Castellanos Jover y Cándida Rosa Velasco —dos de los 20 inquilinos del inmueble ubicado en la Avenida Acosta 363 y 365, entre D’ Strampes y Figueroa— la salida de aguas sucias provoca una insoportable fetidez. Incluso, en algunos departamentos los desechos brotan por los tragantes y las tazas, imposibilitando el uso de sus cocinas y baños.
Entre Aguas de La Habana y la Dirección Municipal de la Vivienda
A lo largo de los años, los vecinos han hecho múltiples e infructuosas gestiones. En la sucursal municipal de Aguas de La Habana les explicaron que esa entidad solo atiende la red exterior y los asuntos internos del edificio deben ser gestionados por la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV).
La DMV envió una brigada de Saneamiento Básico, quienes localizaron la obstrucción. Sin embargo, el jefe del operativo confirmó que la manguera del carro no podía pasar para destapar las tuberías. Y, a la vez, aseguró que romper la acera para facilitar el trabajo solo lo podía hacer Aguas de La Habana.
“Lo cierto es que el delegado de la circunscripción y el presidente del Consejo Popular tienen conocimiento del problema que afecta a esa comunidad y de todas las gestiones que han hecho, sin solución alguna. Y nadie más se ha portado por allí”, reza la misiva. “La situación pudiera convertirse en un caso epidemiológico, pues existe actualmente un criadero de ratones, cucarachas, mosquitos, chinches y garrapatas. Y se mandó a hacer por parte de Vivienda un dictamen técnico. Pero todo sigue igual”.
Mientras la burocracia cubana sigue su curso habitual, los 16 núcleos familiares —en su mayoría adultos mayores solos— siguen viviendo entre aguas albañales.
