El comediante cubano Julio César Rodríguez compartió en una entrevista concedida a La Familia Cubana diversos temas personales, entre los que destacó cómo surgió su más querido personaje.
Julio César cuenta que “ese nombre me lo puso Julio Pulido en un programa que se llamaba “Fin de Semana”. Andaban buscando un oriental que se hiciera pasar por habanero” con un toque de humor cuenta de que la intención era que existiese un personaje dentro de la barra del programa que intentase dar direcciones, pero que al final no sepa dónde estaba parado.
La comentarista Paula Massola no pudo dejar pasar la oportunidad de reconocer los más recientes galardones que ha recibido el humorista cubano, a lo que él mismo responde: “El Aquelarre, este que pasó ahora fue dedicado a la pelota cubana, al béisbol, y traté de buscar un personaje que tenga que ver con la pelota y teniendo en cuenta las características mías”, entonces relata que buscó un personaje que pudiese estar dentro de un equipo de béisbol y que sea “bullero”, “fiestero” y así fue como dio con la idea del “cargabates” del equipo.
De igual manera cuenta que el monólogo fue escrito por Miguel Moreno, en supervisión con el propio Rodríguez, para que se respete la psicología del personaje y gracias a eso se pudo llevar el premio al mejor monólogo en el Aquelarre, que es un festival realizado por el Centro Promotor del Humor del 30 de junio al 7 de julio de 2019.
El creador del personaje “El Habanero” recuerda sus inicios, en donde comenta que él nació en Palma Soriano, localidad de Santiago de Cuba y explica que inició su carrera humorística cuando empezó a burlarse de manera sana de sus profesores y personal de la universidad.
Confiesa que no pudo graduarse de profesor, pero de manera empírica inició su carrera de comediante, pero sin ninguna experiencia quiso imitar a los grandes comediantes de su época como Antolín y Salamanca.
Después en el año 1998 decidió ir a La Habana para probar suerte y cuenta que “fue una etapa muy difícil” ya que no conocía a nadie de La Habana y que cuando iban a los festivales a participar, nadie les daba hospedaje, pero luego le dedica unas palabras de agradecimiento a Armando Suárez del Villar ya que hizo lo posible para que pueda ingresar al catálogo del Centro Promotor del Humor.
Julio César concluye que en Cuba se le debe de prestar mucha más atención al humor y reconocer el talento y el “don” que tienen los propios actores para hacer reír a su público. También advierte que sin contar a “Cachita” ni a “Pánfilo”, no han salido humoristas jóvenes que puedan tomar la batuta de continuar hacer reír a las familias cubanas.
