Represor castrista se autodeporta de regreso a Cuba tras denuncias del exilio
Este formaba parte del listado de violadores de los derechos humanos entregada al Departamento de Seguridad Nacional de EEUU por el congresista Carlos A. Giménez

El represor del régimen cubano, Eduardo Velázquez Infante, conocido como el “mayor Eduardo”, ha abandonado voluntariamente Estados Unidos y regresado a Cuba, específicamente a la ciudad de Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas.
Su salida se produjo a principios de abril, según confirmaron fuentes de la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba. La autodeportación ocurrió tras su inclusión en una lista de presuntos violadores de derechos humanos, entregada al Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos por el congresista Carlos A. Giménez.
Velázquez, de 55 años, llegó a EEUU en marzo de 2023 bajo el programa de parole humanitario, promovido por la administración de Joe Biden. La solicitud fue patrocinada por su hermana residente en el país.
Su inclusión en este programa fue criticada por activistas y miembros del exilio, quienes consideraron que su caso era un ejemplo de fraude, ya que este beneficio está destinado a proteger a personas perseguidas por razones políticas.
La Fundación por los Derechos Humanos en Cuba celebró la autodeportación de Velázquez, destacando que su estatus de parolado le impide regresar a Estados Unidos.
“Un represor de nuestra lista se autodeportó. Su estatus de parolado le impide regresar”, indicó la publicación, recalcando que el funcionario castrista formaba parte del listado entregado por el congresista cubanoamericano.
🚨Un represor de nuestra lista se autodeportó:
Eduardo Velázquez Infante (“mayor Eduardo”), de 55 años, abandonó EE.UU. y ahora está en Puerto Padre, Las Tunas. Su estatus de “parolado” le impide regresar. Su nombre fue entregado al DHS por el Congresista Carlos A. Giménez…
— The Foundation For Human Rights in Cuba (@TheFHRC) April 18, 2025
Velázquez Infante fue un oficial operativo del Ministerio del Interior (MININT) en Las Tunas desde 1991 hasta su retiro en 2018. Durante su carrera, participó en múltiples operativos represivos contra disidentes y activistas opositores.
Poco antes de su salida de EEUU, Velázquez eliminó sus perfiles en redes sociales, una acción que activistas interpretan como un intento por borrar rastros de su pasado represivo. La creciente presión mediática y legal, especialmente tras la denuncia pública de su involucramiento en la represión en Cuba, habría motivado su regreso a la isla.
La autodeportación de Velázquez se produce apenas unas semanas después de que otro exfuncionario del régimen, Misael Enamorado Dager, también regresara a Cuba tras ser denunciado públicamente. Enamorado, quien había ingresado a EEUU con parole humanitario, nunca obtuvo residencia permanente y vivió en Houston con su hijo.
Ambos casos han sido denunciados por el exilio cubano como ejemplos de impunidad migratoria, ya que represores y exdirigentes del régimen se benefician de las leyes estadounidenses, que están destinadas a proteger a los perseguidos políticos.
El periodista Mario J. Pentón, quien ha documentado estos casos, denunció que estos exfuncionarios del régimen no deberían poder acceder a beneficios migratorios como el parole humanitario en primer lugar.
“Los victimarios del pueblo cubano no pueden aspirar a refugiarse en Estados Unidos como si fueran perseguidos políticos”, señaló Pentón.
En ese sentido, la comunidad cubana en el exilio asegura que la presencia de estas personas en EEUU representaba una falla monumental en los procesos de selección por parte de las autoridades norteamericanas.