Desde hace tres meses, un salidero de agua potable frente al restaurante La Terraza, en Cojímar de La Habana deja perder 20 litros del preciado líquido por minuto, mientras más de 500 mil habaneros (según cifras oficiales) dependen de pipas de agua para poder surtirse, en momentos donde el servicio hídrico es casi inexistente.
El bote de agua se encuentra exactamente en la Calle Real No. 125, e/ 24 y 25, de Cojímar, una situación de la que ya fue notificada la estatal Aguas de La Habana, que a su vez justifica su falta de respuesta en el desperdicio del líquido a la espera de un permiso para poder picar la calle, que todavía no llega.
Victoriano Picornell, en carta enviada al medio oficialista Juventud Rebelde, denunció “¿Hasta cuándo las negligencias le van a hacer daño a la economía de este pueblo? Es un problema que afecta a nuestra comunidad”.
Sin agua en Matanzas
Mientras esto se desperdicia en Cojímar, La Habana, hay sectores como en Los Arabos de Matanzas, que tienen cerca de un año sin recibir el agua, de acuerdo al testimonio de la doctora Magda Martínez Toca, de 68 años.
A pesar de que en varias ocasiones ha conversado con la Directora de Recursos Hidráulicos en la localidad, que responde que la deficiencia es producto de “tuberías rotas y restricciones energéticas”, no han logrado solventar la problemática.
Es allí donde la doctora cubana abre espacio al debate: “¿Cómo prevenimos una infección? ¿Cómo realizamos los quehaceres de la casa? Pasan días y días, y no aparece el agua”, aun cuando los distintos niveles están notificados de la falla en el servicio.
De La Habana a Matanzas, las denuncias son persistentes. En Cerro, municipio habanero, tienen más de cuatro meses sin la prestación del servicio de agua, según la denuncia que hiciera Fernando Perera Cumerma sobre la situación de la farmacia sita en la esquina de 4ta. y 5ta.
Desde el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos adjudican la problemática del agua a deficiencias en las fuentes de abasto, que aseguran no se encuentran en “situación favorable”, en palabras de su vicepresidente primero, Bladimir Matos.
