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Temor en calles de La Habana Vieja ante la presencia de paciente esquizofrénico

Una cubana, residente en un barrio del capitalino municipio de La Habana Vieja, ha denunciado la peligrosa situación a la que están expuestos los vecinos, ante la falta de atención por parte de las autoridades hacia su hermano, un hombre agresivo diagnosticado con esquizofrenia paranoide. 

“Mi hermano puede matar a alguien o pueden matarlo a él, porque nadie va a permitir que lo agredan. Tengo dos hijos, uno adolescente, y temo que haya males mayores. Estoy pidiendo ayuda”, explicó al portal Diario de Cuba, Dora Aimé del Pino Olivera.

Ariel Yanes Olivera, de 42 años, es un paciente del Hospital Psiquiátrico de La Habana “Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé”, mejor conocido como Mazorra, donde fue enviado por consumo de drogas durante la adolescencia. 

A pesar del constante reclamo por parte de la familia, Yanes no ha sido internado en el centro por “faltas de camas” y no cuenta con el medicamento necesario para atender su condición, por falta de estos en las farmacias de la capital. El paciente solo pudo ser ingresado 45 días en el Hospital Universitario “General Calixto García”, gracias a la disposición del jefe de psiquiatría, quien se sensibilizó con la situación. 

Hace poco, una trabajadora social pidió la historia clínica de Yaren para solicitar su ingreso por tres meses en una institución especializada, al término de los cuales, este sería devuelto a su casa. En caso de no presentar mejor alguna, se tendrían que volver a realizar todos los trámites y así sucesivamente.

Mientras tanto, el paciente deambula por las calles del barrio, ubicado cerca del muro de Belén, un área devota al sector turístico. Otros vecinos también han advertido que la presencia de Yanes podría poner en riesgo la vida de algún visitante extranjero.

Margarita Sosa, residente del área, explicó a Diario de Cuba que Yanes una vez le lanzó un bloque, lastimando su pierna izquierda. La cubana también ha asegurado que es posible ver al enfermo, riendo y gritando por la calle o atacando a perros y personas. 

“Él acosa, asedia, pide y, si no le das, te agrede”, comentó Mariana Borrega Padrón, otra vecina. “¿Por qué tenemos que vivir ese peligro?”. 

Dora ha pedido ayuda al Consejo de Estado y al Ministerio de Salud Pública, entre otras instituciones, pero ninguna entidad ha dado solución al problema. La cubana recuerda que las autoridades solo respondieron con agilidad una vez, durante la visita de Obama. Por esas fechas, una ambulancia acudió a recoger al enfermo con diligencia.

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