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Carreta de un tractor se convierte en piscina rodante

Los vecinos de una localidad llamada “El Infernal”, ubicada en Pinar del Río, se las han ingeniado para proporcionarle a los pequeños del lugar un rato de diversión diferente; y es que han tomado la carreta de un tractor para convertirla en una “piscina rodante”.

La noticia fue difundida a través de un artículo publicado por el periódico “guerrillero”, donde se explica que esta iniciativa nació de varios vecinos que han proporcionado los materiales necesarios para confeccionar esta improvisada piscina.

De esta manera, la lona impermeable, las cisternas de agua y el tractor salieron de la generosidad de los lugareños.

Luego de confeccionada la atracción, el dueño del tractor montó en la piscina a los vecinos más cercanos, paseándolos por la comarca e invitando a los demás para que viniesen a disfrutar de esta “piscina rodante”.

Finalmente, la piscina fue estacionada cerca de la casa de los autores del invento, donde fueron llegando más personas a unirse a la diversión.

Ante el aumento de la concurrencia, fue necesario poner algunas reglas para poder mantener el orden en el lugar, entre las que calificaban: “Nada de juegos pesados, hay que lavarse pies y manos, cero alimentos y bebidas alcohólicas, cada niño con un acompañante que lo cuide”.

El surgimiento de esta distracción ha caído como anillo al dedo, ya que (según lo que se refiere en el artículo) El Infernal no cuenta con ningún lugar de entretenimiento ni dispersión para los menores.

Además, las instituciones de Cultura y de Deporte no se han dado a la tarea de organizar actividades recreativas para la comunidad.

Finalizada la jornada, varios residentes han preguntado cuándo se repetiría la experiencia, recibiendo la feliz noticia de que mientras el tractor no sea llamado a hacer encomiendas se encontrará disponible como piscina rodante.

Esta es una muestra más de cómo la sencillez, el humor y el emprendimiento acompañan siempre al cubano, ayudándolo a salir adelante en medio de las difíciles circunstancias que con frecuencia se deben enfrentar.

Tal es el caso de un grupo de vecinos de La Habana Vieja, que han visto en un enorme agujero a mitad de la calle una oportunidad de divertirse y compartir en comunidad, al llenar el mismo con agua y convertirlo en una piscina gigante donde pudieron nadar y refrescarse un rato.

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