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Derrame de crudo en planta abandonada de Matanzas: combustible almacenado desde 2015

Las autoridades indicaron que el combustible era guardado en dos tanques de aproximadamente 500 metros cúbicos cada uno

Un derrame de residuo de crudo y fueloil se registró durante la mañana del 22 de mayo en la antigua Central Termoeléctrica (CTE) José Martí, ubicada en la Zona Industrial de Matanzas, cerca de la CTE Antonio Guiteras.

El incidente movilizó a las autoridades locales y al Comando 2 de Bomberos para contener el vertimiento y evitar posibles daños mayores.

Según la prensa oficialista, el combustible era guardado en dos tanques de aproximadamente 500 metros cúbicos cada uno, y ha permanecido allí desde que la planta quedó fuera de servicio en 2015.

Román Pérez Castañeda, director técnico de la CTE Antonio Guiteras, explicó que “se detectó una posible falla en el tanque o en las tuberías de acceso que provocó el derrame hacia el cubeto de contención”.

Hasta el momento, el cubeto ha retenido el combustible derramado, aunque las autoridades mantienen medidas activas para minimizar riesgos. Entre estas medidas se encuentra la succión del residuo para su disposición final, la activación de sistemas contra incendios y colocar material rocoso como barrera adicional.

Como precaución adicional, también se monitorea la bahía cercana para detectar cualquier filtración hacia la rada matancera y actuar ante posibles daños ambientales. Ahora, solo queda ver si el régimen puede cumplir con esto, pues situaciones similares en el pasado han resultado en daño al ambiente, todo mientras la prensa oficialista intenta ocultarlo.

La CTE José Martí fue la primera industria nacional en usar crudo cubano para generación eléctrica y fue considerada un bloque confiable y eficiente dentro del Sistema Electroenergético Nacional. Sin embargo, su abandono desde 2015 ha dejado un combustible almacenado sin destino, que representa una amenaza latente.

En redes sociales, varios internautas han criticado a las autoridades por haber pasado los últimos diez años sin remover el combustible. En ese sentido, califican que esta inacción es una negligencia grave que refleja un descontrol y una falta de supervisión de su parte.

La población exige responsabilidades y medidas disciplinarias para evitar futuras catástrofes, todo mientras el nuevo derrame pone en evidencia las deficiencias del sistema energético y el control estatal en la Isla.

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