Tras la apertura de los aeropuertos en Cuba, las autoridades se han visto apresurados a dictar más medidas de control sanitario para evitar que la propagación del mortal COVID-19 se agudice ante la llegada de cientos de viajeros que van a entrar al país en estas fechas decembrina.
A través de una transmisión por la televisión estatal de la Isla, el gobernante Miguel Díaz-Canel advirtió que ningún viajero que llegue puede salir de la casa familiar en la que se va a hospedar, y si hay niños, no podrán ir a la escuela. El no cumplimiento de esto acarreará multas o alguna penalidad.
“Hay que hacer aislamiento físico en la casa. Tienen que usar nasobuco dentro de la casa”, aseguró Díaz-Canel.
“No puede haber fiesta, la familia que reciba no puede ir a trabajar, y los niños de familias que reciban no pueden ir a la escuela, solo podría salir una persona de la casa como hicimos en la primera etapa. Donde haya violación, denuncia y multa por incumplimiento. (…) Si las familias no son responsables se nos va a complicar el panorama”, advirtió el gobernante.
Asimismo, también se refirió al control médico por parte de los galenos que “vigillan” a cada núcleo familiar. “Tiene que haber un control estricto por parte del médico de la familia sobre las personas que están llegando”.
Para el Primero Ministro, Miguel Marrero, es prioridad “revisar si se está cumpliendo estrictamente lo que está establecido en las medida sanitarias”.
Reiteró que “la gente que no cumpla pagará una penalidad y establecer qué tipo de penalidad es y hacerlo con mucha energía”.
La pregunta que los cubanos se hacen es ¿qué quiere decir con mucha energía? ¿Será represión, como es costumbre del régimen?.
Los 71 casos de coronavirs registrados el lunes en el país se encuentran dispersos en nueve provincias distintas y el municipio especial Isla de la Juventud. Provincias como Santiago de Cuba, y más recientemente Villa Clara, han registrado nuevos focos de contagio, luego del arribo de viajeros contagiados con la enfermedad.
Los protocolos sanitarios cubanos establecen la realización obligatoria de un test de PCR para todos los pasajeros que arriben al país, así como el aislamiento de las personas estudiadas hasta que se confirme el resultado negativo del mismo. Quienes hayan viajado por menos de 5 días podrán retirarse entonces, pero aquellos viajeros que vayan a permanecer más tiempo en territorio nacional tendrán que repetirse el examen y aguardar un mínimo de 10 días en confinamiento dentro de las viviendas de residencia.
