Nuevos detalles sobre la familia cubana que fue asesinada en Miami Lakes la semana pasada han salido a la luz, revelando que dos de sus miembros acababan de llegar a Estados Unidos con ayuda del programa de parole humanitario.
De acuerdo con Telemundo 51, se trata de Bárbara David Bermúdez, de 58 años de edad, y su hija Beatriz Ferrer David, de 22, las cuales pudieron entrar al país luego de que su solicitud de parole fuera aprobada.
Las mujeres se habrían reunido en EEUU con Alejandro Ferrer David, de 24 años, hijo de Bárbara, y comenzaron a vivir con junto con este y Dhani Aguilar, presunto responsable de este caso de homicidio-suicidio.
Según el citado medio, Aguilar era estudiante y también laboraba como un empleado de mantenimiento de un edificio en Miami-Beach. Su padre, Rolando Aguilar, indicó que este padecía de ataques de ansiedad, lo que pudo llevarlo a cometer el terrible acto.
La última víctima fue Yoanka Aguilar, madre de Dhani y exesposa de Rolando, quien se encontraba en la vivienda junto al resto de los cubanos recién llegados a EEUU.
Los cuerpos fueron encontrados luego de que una persona se comunicara con las autoridades para denunciar que no podía ponerse en contacto con Yoanka.
Oficiales acudieron a la vivienda de la familia ubicada en la 14800 de NW 87Th Court, para revisar si la mujer se encontraba bien. Luego de encontrar todas las puertas cerradas, los policías ingresaron al lugar a través de una ventana, encontrando un cuerpo con heridas de bala en una de las habitaciones.
Temiendo la presencia de un posible tirador en el área, los oficiales continuaron investigando, y comenzaron a encontrar más víctimas con cada habitación que revisaban.
“En total encontraron a cinco personas fallecidas en las recámaras, cuatro por armas de fuego y una persona, que también tenía un impacto de bala, pero parece indicar que se quitó la vida”, dijo el vocero de la policía, Álvaro Zabaleta, durante una rueda de prensa.
Familiares y amigos iniciaron una campaña en la página de GoFundMe para poder repatriar los cuerpos de los fallecidos de regreso a la Isla. Esta campaña cumplió su meta luego de registrar la participación de más de 300 personas.
