ESTADOS UNIDOSMUNDO

Encuentran frascos con lenguas y tejidos humanos debajo de una casa en Florida

Un contratista descubrió el pasado lunes seis frascos de lenguas y tejidos humanos preservados desde 1960, luego de inspeccionar los cimientos de una casa en Gainesville, Florida, informó el Tampa Bay Times. 

De acuerdo con reportes del medio, los restos no pertenecen a un “ritual oculto” o forman parte de una ola de asesinato. Las evidencias fueron propiedad de Ronald A. Baughman, un profesor emérito de la Universidad de Florida (FU, por sus siglas en inglés), quien las adquirió con fines legítimos de investigación y las terminó olvidando después de su divorcio.

Baughman, un patólogo oral, había estado buscando un lugar con “clima controlado” para almacenar sus especímenes. Ahora, casi 50 años después, su exesposa —propietaria de la casa— decidió hacer algunas reformas.

El académico fue contratado en calidad de profesor asistente de medicina oral en la Facultad de Odontología de FU en 1971. El docente trabajó en la escuela hasta 2002, convirtiéndose en odontólogo forense y contribuyendo, a su vez, a numerosos artículos académicos. 

Sin embargo, al principio de su carrera, Baughman quería investigar sobre las condiciones de la tiroides. Según explicó al diario First Coast News, en aquel entonces había recogido muestras de lenguas y tejidos de tiroides de Virginia, Illinois e Indiana y los trajo con él a Gainesville cuando fue contratado. 

Para mantener los especímenes frescos durante los veranos húmedos de Florida —relata—, los almacenó en el espacio subterráneo de la casa, ubicada a pocas millas al norte del campus. 

“No sé cómo habrían sido las políticas y las leyes hace 50 años o cuando lo fue, pero puedo decirles que hoy eso no es algo que estaría permitido”, manifestó Steve Orlando, portavoz de la Universidad de Florida. “Existen leyes federales y estatales muy estrictas, así como políticas universitarias que lo prohíben. No sería apropiado ni legal para un miembro de la facultad o un investigador traer algo así a casa”. 

En cualquier caso, Baughman nunca tuvo la oportunidad de experimentar con las lenguas tras sumergirse en otros proyectos. 

“Con su trabajo en la universidad y todo lo que estaba haciendo, nunca llegó a hacer una investigación adicional”, dijo Jorge Campos, portavoz del Departamento de Policía de Gainesville.

Todo parece indicar que en 1992, cuando Baughman y su esposa se divorciaron, ya el investigador se había olvidado por completo de los frascos escondidos. 

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas