CORONAVIRUS EN CUBANOTICIAS DE CUBA

Gobierno de Cuba usa estudiantes para tratar sospechosos de COVID-19

Mientras el Gobierno de Cuba envía médicos a otros países para “combatir” la pandemia del coronavirus, en la Isla son empleados estudiantes de carreras ajenas a la medicina para trabajar en centros de aislamiento.

Recientemente se conoció que un grupo de jóvenes del Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa García y de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE), fueron colocados a trabajar con casos sospechosos de COVID-19.

Según recogió la oficial Agencia Cubana de Noticias (ACN), desde el Comité de Base de la UJC del ISRI, cantera de la diplomacia del régimen cubano, así como de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en Twitter, se escribieron mensajes que presentan a los estudiantes como voluntarios.

“Simplemente, jóvenes@ISRI de su tiempo. Los caracteriza la pura disposición y el compromiso con su país. Para ustedes, el más sincero agradecimiento de parte de todos los cubanos”.

Estos jóvenes “voluntarios” deben lidiar con unas 600 personas al día que se encuentran en un centro de aislamiento improvisado en Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) en La Habana.

Cabe destacar que los estudiantes no tienen conocimiento mínimo de cómo tratar a los casos sospechosos de coronavirus en Cuba.

El área destinada al aislamiento incluye varias manzanas de edificios con capacidad para unas dos mil  personas, pues la universidad acoge a unos tres mil estudiantes, la mayoría en régimen interno, pero que al detectarse la enfermedad en Cuba fueron enviados a sus casas.

Para recibir un mayor número de casos, el policlínico de la UCI se extendió hasta llegar a las 100 capacidades de ingreso, además de una sala de terapia intensiva.

Junto a otras instalaciones aledañas se han dispuesto unas 650 camas.

Estudiantes de medicina a cargo de las “pesquisas activas”

El régimen de Cuba determinó que alumnos de Medicina cubanos y extranjeros estén a cargo de “pesquisas activas” por los barrios buscando posibles contagiados por el COVID-19.

Deben cubrir diariamente 120 viviendas, que les son asignadas al inicio de cada jornada de trabajo por el Médico de Familia de la comunidad en cuestión.

En el inicio del trabajo comunitario, muchos de ellos denunciaron que no tenían recursos básicos de protección como guantes y nasobucos.

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