Luego de haber sido descubierto fumando un cigarrillo electrónico en el baño mientras se estaba llevando a cabo un vuelo de Spirit Airlines, le ha quedado negado de por vida el derecho a viajar con dicha aerolínea a un pasajero.
Se trató de un hombre de 30 años, residente de la localidad de St. Petersburg en Florida; quien se encontraba tomando el vuelo número NK 985, desde Detroit hasta Nueva Orleans, utilizando los servicios de Spirit Airlines.
Tras realizarse el despegue, una azafata pudo darse cuenta de cómo el hombre tomaba el cigarrillo, le daba una calada y posteriormente exhalaba dentro de una bolsa.
Al ver dicha acción, la azafata le llamó la atención al hombre, indicándole que eso no estaba bien y que por favor dejara de hacerlo; de esta manera lo afirmó el capitán Jason Rivarde, portavoz del Sheriff de Jefferson Parish.
Según lo reportado a través del informe presentado en la oficina del alguacil, luego de esta llamada de atención, el hombre se dirigió al baño, donde se dispuso a fumar de nuevo su cigarrillo electrónico.
Sin embargo, la activación de la alarma de humo del avión unos minutos después de su entrada delató los actos que estaba llevando a cabo allí dentro.
Como si fumar dentro del avión fuese poco, otro pasajero del vuelo también reportó que el hombre se encontraba ingiriendo alcohol que llevaba en pequeñas botellas dentro de su equipaje de mano.
Ante esta circunstancia, un agente lo esperó a su llegada en el Aeropuerto Internacional Louis Armstrong de Nueva Orleans; y al momento de confrontarlo respecto a los hechos que se suscitaron durante el vuelo, el hombre negó rotundamente haber cometido los actos de los que se le acusaba.
Sin embargo, de manera paradójica, afirmó que no conocía sobre la política que prohibía a los pasajeros fumar dentro del avión.
Luego de procesar al hombre de 30 años, se decidió no ponerlo bajo arresto; sin embargo, se determinó que nunca más podría volar con Spirit, prohibiéndole el uso de sus servicios de sus servicios de por vida.
Respecto a ello Rivarde afirmó que la empresa se encontraba en la total libertad de hacer dicha prohibición, debido a que se trataba de una empresa privada.
“Es un negocio privado que puede prohibir a los clientes en su propio ocio”, “Es como decirte que no vuelvas al restaurante. Una vez que estuvo en tierra, cooperó con nuestros oficiales, por lo que no enfrentó cargos criminales”, señaló el oficial en torno a los hechos.
