Régimen culpa a la población por el colapso del alcantarillado en Cuba
Las autoridades castristas afirman que las “indisciplinas sociales” dificultan el trabajo de limpieza y evacuación de aguas residuales
Como ya es costumbre, el régimen castrista ha culpado a la población de los problemas que más afectan al país. En esta ocasión, está responsabilizando a los habitantes de la Isla por la crisis de saneamiento que afecta al país, en especial a La Habana.
Estas declaraciones fueron hechas durante una reunión del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, donde se afirmó que las “indisciplinas sociales” dificultan el trabajo de limpieza y evacuación de aguas residuales y desechos sólidos.
En un país donde las infraestructuras del alcantarillado se encuentran obsoletas desde hace décadas, y se batalla para conseguir el combustible suficiente para que funcionen unos cuantos de los vehículos de limpieza, el gobierno castrista continúa negando sus responsabilidades, pues le resulta mucho más fácil culpar a los cubanos.
De acuerdo con datos oficiales, el 61% de la población cubana no recibe un servicio adecuado de saneamiento.
Las fosas sépticas y las letrinas son el sistema más común en el país. En ciudades como Mayabeque y La Habana, más de 173.000 personas carecen de acceso a un sistema de alcantarillado funcional. La falta de inversión en infraestructura y una gestión deficiente agravan la situación, dejando a miles de ciudadanos en condiciones insalubres.
Andrea Miranda López, directora de Saneamiento y Electromecánica de la empresa Aguas de La Habana, comentó que las inundaciones en algunas zonas no son solo un problema de drenaje, sino también el resultado de la falta de disciplina de la población. Según ella, el robo de rejas de tragantes y tapas de registros, junto con el vertimiento de objetos en las alcantarillas, empeoran aún más la situación.
A pesar de las denuncias públicas sobre el robo y la falta de limpieza en las calles, los problemas persisten, especialmente en barrios como La Lisa, Centro Habana y Plaza de la Revolución.
La acumulación de basura en las calles, combinada con la falta de barrido sistemático, obstruye las rejillas del alcantarillado, lo que provoca inundaciones recurrentes. El sistema, que requiere mantenimiento constante, se ve afectado por la desidia y el incumplimiento de las normas básicas de convivencia.
El gobierno cubano ha intentado paliar la crisis mediante algunas medidas, como la resolución de 16 zonas de inundación en La Habana, que benefició a más de 27.000 personas. Además, se ejecutaron 64 kilómetros de colectores y redes de alcantarillado y se realizaron 3.940 nuevas conexiones.
No obstante, estos pocos esfuerzos han sido insuficientes para resolver la crisis generalizada que afecta a la ciudad.