Régimen establece que Cuba cambiará de horario en noviembre
La medida se realiza para tener un “mayor aprovechamiento” de la luz solar, pese a que esta práctica ha sido abandonada por otras naciones
El Gobierno cubano ha establecido que el próximo 5 de noviembre de 2023 se realizará el cambio de horario, dejando atrás el horario de verano que se adoptó el pasado mes de marzo. Con ello, los ciudadanos de la Isla deberán atrasar una hora a sus relojes a la 1:00 a.m. del mencionado día.
La medida se practica para tener un “mayor aprovechamiento” de la luz solar, pese a que esta práctica ha sido abandonada por otras naciones en el área latinoamericana y del Caribe, como México.
La Oficina Nacional para el Control al Uso Racional de la Energía (ONURE) señala que es necesario llevar a cabo un control más estricto sobre el consumo de electricidad, pues este cambio de horario suele venir acompañado de un incremento en la demanda de energía.
Esto es algo que se complica debido a la escasez de combustible y al pésimo estado en el sistema de generación de electricidad.
Este incremento en la demanda suele darse durante el denominado pico eléctrico nocturno, el cual se registra entre las 5:00 p.m. y las 9:00 p.m., cuando las personas necesitan más luz artificial para continuar sus actividades nocturnas.
Las autoridades recalcaron lo complejo de la situación actual, con el Ministerio de Energía y Minas (Minem) indicó que continuarían realizando apagones programados durante todo el día, esto en un intento por ahorrar combustible.
¿Qué es el cambio de horario y en qué beneficia?
La primera vez que se realizó el cambio de horario en Cuba fue el 10 de junio de 1928, aunque los residentes de la Isla no mostraron mucha aceptación, y la práctica fue eliminada al año siguiente. En ese sentido, el cambio se ha aplicado en los últimos 50 años de manera sistemática.
Es importante señalar que Estados Unidos también retrasará sus relojes una hora para adoptar el horario de invierno, por lo que la diferencia de horarios entre Cuba y el país norteamericano seguirá siendo la misma.
En ese sentido, las ciudades en la costa este del país, como Miami, Boston, Nueva York y Nueva Jersey, tendrán la misma hora que en la Mayor de las Antillas.
En teoría, la práctica ofrece beneficios como la reducción en el consumo energético, y como resultado, la disminución de emisiones contaminantes. De igual manera, se espera una disminución en los accidentes viales debido a que habrá más luz de sol durante horarios de la tarde, sin embargo, se desconoce qué tan efectivo será, pues la muchos de los accidentes se registran durante las noches y las madrugadas en zonas con poca iluminación.
La práctica es criticada por expertos, los cuales consideran que el ahorro no es tan significativo como para justificar el cambio. Estas personas también argumentan que el cambio de horario puede traer afectaciones en los ritmos circadianos de las personas, generando alteraciones del sueño, irritabilidad y otros problemas.
