El príncipe Harry y Meghan Markle llevaron a su primogénito Archie, nacido el pasado 6 de mayo, a su primer acto oficial, en un encuentro con el arzobispo Desmond Tutu, durante su viaje por África.
El bebé vestía un peto de rayas azul celeste, camiseta blanca y unos adorables calcetines. Llegó en brazos de su madre y en todo momento no paró de reír.
Su madre, la duquesa de Sussex combinaba a la perfección con su pequeño, usando un vestido de estampado blanco y azul, con el cabello recogido en un moño bajo, muy práctico al momento de cargar a Archie, para que no la jale o él se pique los ojos.
Fuentes cercanas habían confirmado a la edición británica de ¡HOLA!, ¡HELLO!, que los Duques querían que su hijo participara en algún acto del programa, si bien no sabían en cuál lo haría en concreto.
El pequeño Archie conquistó a todos con su sonrisa y carácter, mostrándose tranquilo en todo momento, sentado en el regazo de su madre mientras sus padres conversaban con el arzobispo y su mujer.
El evento también permitió ver a los Duques en su modo más paternal, cuidadosos con el niño y en el caso de Meghan, meciéndolo o limpiándole la saliva con una muselina azul, contrastando la imagen frívola que había proyectado en los últimos meses.
El bebé no se mostró tímido o retraído ante las cámaras, comportamiento que su orgulloso padre explicó diciendo que “ya está acostumbrado”.
